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viernes, 13 de octubre de 2017

ACTO DEL CENTENARIO POR LA REVOLUCION RUSA !

Declaración del Centenario
7 de noviembre de 2017
Hoy hace 100 años triunfaba la Revolución de Octubre. Los obreros, campesinos y soldados rusos, dirigidos por Lenin y los bolcheviques, hicieron realidad una sociedad sin explotación. Desde todos los rincones, con orgullo y solidaridad, una gran corriente popular los acompañó.
¿Qué poderosas fuerzas pusieron en movimiento a esas masas? Por un lado, el sufrimiento que causaba la guerra imperialista. Por el otro, años de injusticias descargadas una y otra vez sobre las mismas espaldas. Es cuestión de maduración. Algún día alguna gota rebalsa el vaso. Y truena el escarmiento. Durante un tiempo los de abajo fuimos poder, desmontamos el Estado opresor y pusimos rumbo al socialismo. Una gigantesca tarea, protagonizada por cientos de millones de hombres y mujeres. Pueblos y naciones, en innumerables lenguas y dialectos, hermanados por esa tarea en común.
Tras las victorias, la dolorosa derrota. La restauración del capitalismo en aquellos países que vivieron el socialismo potenció las campañas de acción ideológicas. Nos hablan de la “superioridad” del capitalismo sobre el socialismo. “Superioridad” engalanada con las tremendas lacras que acompañan al imperialismo como la sombra al cuerpo: crisis sistémicas, guerras de rapiña, hambrunas, todo tipo de iniquidades típicas del capitalismo. La precarización laboral y el ajuste sin fin. El constante deterioro de los derechos democráticos. La embestida contra el medio ambiente. El perverso derroche de los dones de la naturaleza y las tecnologías que se les niegan a las grandes mayorías. La violencia patriarcal. La insensatez de que un banco tenga mayor trascendencia que una fábrica. Un puñado de parásitos decide, con el único interés de sus mezquinos bolsillos, sobre el destino de todos nosotros.
Los poderosos no nos perdonan nuestra insolencia de pretender una sociedad sin explotación ni opresión. Desde ya, están los reaccionarios. Entre Espartaco y Roma, eligen Roma. Y están también los “correctos”. Desaprueban la esclavitud de ayer. Y con la misma solemne autoridad hoy le niegan al esclavo asalariado su derecho a ir más allá de la mera demanda económica. Y además lo aconsejan: ¿para qué intentar el socialismo si esa “utopía” ya fracasó? Todo lo contrario de lo que realmente ocurrió. El socialismo, durante el tiempo que existió, demostró con creces su valía. Los explotados del mundo seguimos luchando contra la explotación.
Las luchas obreras y populares que jalonaron el siglo XX continúan en el XXI. Huelgas y movilizaciones, la resistencia a la intromisión imperialista en variadas latitudes, un cuestionamiento cada vez más global del orden capitalista, son demostrativos de que la historia no “finalizó”. Y que la desigualdad, la injusticia y las relaciones basadas en la apropiación del trabajo ajeno no constituyen un orden “natural”. Los poderes mundiales no escatiman violencia, extorsión ni sabotaje, ante nuestros intentos por liberarnos de su yugo. De nuestra firmeza para enfrentarlos dependerá que no lo logren.
Se engañan si suponen que ya está todo dicho. Ellos han aprendido. Nosotros también. Su flanco vulnerable radica en su propia esencia voraz, injusta, irracional. No son excesos: el capitalismo es, por naturaleza, salvaje. ¿Que esperemos que se llenen el buche para que después “derramen”? No, gracias.
Octubre no fue un paseo. Fue un camino plagado de dificultades. Entonces, igual que hoy, había poderosos voceros de la resignación. Damos pues nuestra pelea por lo que nos corresponde sin desconocer cuán complejo y reñido será el camino. Volvemos a aquel Octubre no por nostalgia, sino por necesidad. Porque ese ejemplo y sus enseñanzas mantienen plena vigencia. A los de arriba podrá despertarles una socarrona sonrisa nuestra insistencia. Pero si somos muchas y muchos, les causaremos insomnio. Para eso trabajamos. Para quitarles el sueño. Y para construir el nuestro.
Fuerzas políticas y sociales, y personalidades representativas de diversas proveniencias e identidades de nuestra izquierda, integrantes de la Comisión para el Centenario de la Revolución de Octubre, nos asumimos como herederos de quienes protagonizaron esas batallas. En nosotros están presentes los mártires de la Semana Trágica y la Patagonia rebelde. Los jóvenes de la Reforma Universitaria. Los obreros y estudiantes del Cordobazo. Quienes enfrentamos la feroz dictadura de los ’70. Nuestros 30.000 desaparecidos. Santiago Maldonado.
Las mismas razones que llevaron al Octubre de 1917 persisten multiplicadas por cien. Por lo tanto, ¡a hacer lo que debemos hacer!

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