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viernes, 30 de julio de 2021

¿QUE ES Y COMO FUNCIONA EL SISTEMA CAPITALISTA ?

 

DESARROLLO DEL CAPITALISMO


El capitalismo es una estructura económico social que permite en forma legal que una clase fundamental de esta formación, la burguesía,  se apropie del trabajo de otra clase  fundamental, el proletariado. Por lo que se desprende que para que exista capitalismo, es necesario que la burguesía y el proletariado existan al mismo tiempo.


Hablamos de desarrollo del capitalismo porque es un proceso de continuo cambio, con más de 200 años en el poder y, por lo tanto, con 200 años de luchas y experiencias, los capitalistas han influido para modificar procesos para su beneficio, y otros cambios se han producido por el cumplimiento de leyes económicas del propio devenir del sistema.


La ley de concentración económica y centralización del capital es independiente de la voluntad de los capitalistas. El desarrollo lleva a los dueños de una empresa a transformarla en monopólica. 


Esto es,  no depender de otras empresas para desarrollarse. Si por ejemplo, una empresa de alimentos  que tubiese una planta procesadora se adueñara de tierras donde se cultivasen los alimentos que trabaja, y también se adueñara de la comercialización y tubiera un banco para financiar sus negocios, en ese momento se habría transformado en una empresa monopólica.


Pero su desarrollo no habría terminado ahí,  estas enormes súper empresas han visualizado que influir, manejar, decidir sobre el aparato del estado del país les daría un impulso formidable. Por lo que desde hace años comenzaron a " trabajar" sobre las decisiones estatales. Primero, por ejemplo, "compraban" al ministro de economía, pero pronto vieron que otros empresarios los podían comprar también, por lo que con el tiempo comenzaron a poner a sus propios cuadros empresarios en las distintas áreas de gobierno, y perdió relevancia el ministerio de economía.


Hay que notar que el aparato del estado no son los ministerios solamente, sino también el poder judicial, el poder legislativo, las fuerzas armadas en todas sus variantes, cárceles incluidas etc.


Hoy, en 2021, vivimos en un capitalismo donde el poder real está en manos de empresas monopólicas transnacionales que dominan el aparato estatal y lo usan para desarrollar sus negocios. Es decir que  los gobernantes de turno llevan adelante las políticas que el poder de estas empresas dictan.


En Argentina, la burguesía monopolista no es homogénea, por lo que hay una lucha entre ellos aún dentro del aparato del Estado. De acuerdo a que sector burgués predomine en el control estatal, se privilegia el mercado interno o el externo. En la actualizadad predomina el sector exportador.


Los capitalistas logran dictar leyes y resoluciones por medio de las instituciones estatales y paraestatales, como los sindicatos, que están a su servicio, para obtener  beneficios como clase. 


Una acción coordinada del aparato estatal y paraestatal,  es la legitimación de la precarización laboral, que comenzó con la modificación a la ley de asociaciones profesionales hace 40 años; hoy vemos la tercerización de actividades, el monotributo, que fomentan el trabajo informal en negro sin cobertura social ni sanitaria y, a la vez, genera  una división entre los trabajadores que les es vital a los empresarios para mantener y profundizar la explotación.


NACIONALISMO: UN CONCEPTO BURGUÉS


La soberanía es un concepto acuñado desde antiguo. Es una idea ligada al territorio, propia del  campesinado, es decir, las sociedades se formaron alrededor de tierras útiles para la agricultura y la ganadería. Por lo que el concepto de patria va ligado al lugar de nacimiento y la tierra que nos da el sustento.


Con el advenimiento del capitalismo y el despojo de la tierra a los ya pobres campesinos, el crecimiento de las ciudades, el despoblamiento consecuente del campo, hizo crecer dos visiones de lo que llamamos soberanía:


1) Para la visión burguesa las tierras cultivadas, los ríos, montañas, playas y bosques, son la patria. Observemos que en esta visión no hay personas.


2) La otra visión contempla al pueblo laborioso como principal componente de la patria, y su experiencia de lucha por defender su dignidad. No son pocos los pueblos que recuerdan con fervor un derrota en la cual sus protagonistas dejaron en claro sus valores morales.


Entonces, tanto en la burguesía como en el proletariado han avanzado estás ideas opuestas, en los trabajadores,  que los despojados de los medios de producción del mundo somos hermanos de clase, a partir de allí apareció el internacionalismo proletario, una síntesis de esta idea es la canción “La Internacional”. En la burguesía creció la idea de los negocios en cualquier lugar del planeta, es decir, se consolidó la idea que el capital no tiene patria. 


Por eso, es lo mismo negociar un pozo petrolero, una mina, una isla o montaña. Para la burguesía todo se compra o se vende.


Esta clase social no tiene plan estratégico, solo negocios,  su único objetivo es la ganancia y, para ella,  el internacionalismo implica derribar las fronteras.


Por el contrario, al considerar a las personas como integrantes fundamentales de la patria, la clase obrera piensa en el futuro de los mas chicos, en la salud y educación de todos, en la igualdad como plan estratégico. 


De estas dos visiones antagónicas, surgen   dos formas de ver el imperialismo. Una como la acción de naciones invasoras, como agresores externos sobre los territorios y bienes de otras naciones. 


Desde esta perspectiva, el enemigo siempre está de la frontera hacia afuera, y hacia el interior del Estado nacional, se engloba a la población bajo la caracterización de pueblo, el cual está constituído por todos aquellos que tengan alguna contradicción con el imperialismo. Es decir que, el pueblo puede estar formado tanto por un obrero metalúrgico de La Matanza como por un empresario “nacional” como Macri, un campesino pobre de Tucumán o un terrateniente como Brawn Menéndez. 


De ello es fácil inferir, que todos estos sectores de la sociedad podrían unirse en un mismo frente antimperialista. Políticamente, esta teoría es sustentada por organizaciones reformistas como el Partido Comunista y populistas como el Partido Justicialista, lo cual explica la conformación de un gobierno como el representado en el Frente de Todos. El reformismo y el populismo, no tienen en cuenta las contradicciones de clase pero fomentan la conciliación de clases.


La otra forma de caracterizar al imperialismo, es como un desarrollo del capitalismo en una etapa superior del mismo.  En esta, los imperialistas pueden tener nuestra misma nacionalidad. Lo que convierte a nuestro coterráneo en imperialista, es pertenecer a empresas monopólicas transnacionales. En esta forma de caracterizar al imperialismo, la contradicción fundamental se da entre la burguesía y el proletariado.


Acá se conjuga todo lo que venimos diciendo: el capital no tiene patria, hacen negocios que pueden perjudicar a compatriotas y comprometen el futuro de generaciones posteriores, pero como no tienen plan a largo plazo que contemple a las personas, siguen adelante con sus ganancias.


EL CARÁCTER DEL ESTADO


Un aspecto fundamental en todo este análisis es el carácter de clase que tiene todo Estado.


Desde su inicio como superestructura, es el Estado de una clase social. Esa característica distintiva jamás la a perdido a lo largo del tiempo. (El estado y la revolucion. Lenin).


Por lo que el Estado burgués, necesariamente tiene que ser destruido. No es posible tomar sus riendas y llevarlo hacia otro camino.


EL CAPITAL TRANSNACIONAL


El apoderamiento del aparato del estado por parte del gran capital también ha tenido un desarrollo histórico, que a continuación detallaremos.

                                                                        

Este proceso en el capitalismo aparece  hace cien años  en Alemania, Francia e Inglaterra, donde los capitalistas se apoderan de sus respectivos estados nacionales, y con esa unidad van a la disputa del mundo”. (El estado y la revolución. Lenin).


Como consecuencia del proceso de concentración y centralización del capital propio del sistema, los grupos económicos poseen un PBI que supera al de los Estados nacionales, y ese poder económico les confiere el poder político que les permite apoderarse de todas las instituciones, tanto estatales (Poder ejecutivo, legislativo y judicial) como paraestatales (por ejemplo, los sindicatos), y utilizarlas en benefio de sus ganancias. A partir de allí, las políticas de Estado son diseñadas por los CEOs de los monopolios.


Este proceso de apropiación del aparato estatal se fortalece y acrecienta de modo que la segunda gran guerra la podemos ver cómo la disputa de capitales-estado luchando entre si por el reparto del mundo.


En nuestro país, los golpes militares del 1955 y 1976 son aceleradores del proceso de dominio del aparato del Estado por parte de los capitales más concentrados.


A nivel global los capitales ya no son nacionales, pasan a ser capitales por encima de las diferencias fronterizas, son capitales transnacionales. Es decir, empresas que nacieron con una casa matriz en un país, ahora conservan el nombre de origen pero la composición de su capital es de cualquier capitalista sin importar de que nacionalidad es este último.


Estos conceptos son entendidos y aceptados por muchas personas, pero de acá van a surgir o se desprenden hechos que no están sintetizados en el campo popular.


Si la burguesía monopolista se ha apoderado del aparato del estado, las reivindicaciones de nacionalizacion y/o estatización pierden sentido antes de la toma del poder por parte de la clase obrera y el pueblo.


Por el mismo motivo, la disputa electoral dentro del actual estado de cosas es ir a un callejón sin salida. Las masas esperanzadas en un cambio con un gobierno que suponen progresista, se frustan y en la próxima elección castigan al anterior ganador. Es decir, no solo hay frustración sino también retroceso.


Este aspecto del desarrollo del capitalismo es el más oculto y protegido por la burguesía y sus políticos.


Otro elemento que se tergiversa y oculta es como está constituido el capital en la Argentina, cuál es el rol e importancia de las pymes, etc.


En 1993 el capital transnacional en la industria era del 67,5%, en 1997 del 80% y en 2005 del 87%. Quiere decir que para esa fecha solo el 13 por ciento de la industria eran pymes.


Ahora bien, si analizamos a éstas, vemos que en su gran mayoría, aún  las más importantes, están indisolublemente atadas a las decisiones del capital monopólico que las usa para realizar trabajos que la gran empresa no quiere hacer. De esta manera, subcontrata trabajos pagando menos y a más largo plazo, precarizan a los trabajadores de estas pymes y dividen la fuerza sindical y política de los trabajadores.


La burguesía nacional no tiene, y nunca tuvo, un proyecto de desarrollo propio, porque se integró al sistema capitalista cuando éste, en los países centrales ya se había desarrollado, y lo hizo como un apéndice de ellos. 


La burguesía en Argentina aspira a ser monopólica, como plan b, ser una pyme ligada a los negocios del gran capital.


El rol que le asigna el capital transnacional es su empobrecimiento y prolerarizacion. La burguesía nacional tubo su proyecto y fue frustado en 1955. Incluso esta clase no vio que el peronismo era quien representaba sus intereses.


Hoy, estos pequeños y medianos empresarios de la ciudad y el campo, objetivamente deberían estar interesados en un frente que confronte con el  imperialismo, pero subjetivamente adhieren a políticas como las de Macri o Bolsonaro porque consideran que son las que van a salvarlos.


Todas las políticas encaminadas a integrarse a un gobierno burgués están condenadas al fracaso, el rol de los revolucionarios es organizar al proletariado para la toma poder.

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